Cerca de ti, cuerpo de cascada,
amado fuego en invierno.
Tu voz, amuleto del trueno,
relámpago del eco.
Tu piel ensoñación del júbilo,
fábula de nácar.
Tus ojos embriaguez del color,
transparencia del misterio.
Tu deseo, tempestad de la sangre,
humedad insondable.
Tu sonrisa irradia desde la torre
del palacio del tiempo.
Resplandores de lluvia hacen florecer
los tulipanes y las azaleas
que se marchitaron en la memoria
de mis viajes.
Mira como palpitan las luciérnagas
y la nostalgia crece entre las neuronas
como una enredadera esmeralda.
En la ausencia de tu cuerpo
árboles de vidrio se vuelven las palabras
y las horas inundan mi cuarto
con oscuras emanaciones
que aumentan los caudales del sonido
y los astros hablan calumnias de tus pasos
y del anacrónico ritmo del amor.
Efraín Gutiérrez Zambrano
De su poemario Molinos de Fuego