Si derramo una lágrima,
no es que esté triste,
es que a veces, al recordarte,
con ella expreso mi felicidad;
si a veces me ven sonreír,
no es que esté contento,
es que aun en la tristeza
tu recuerdo logra
arrancarme una sonrisa;
si alguna vez te han dicho
que me escucharon gritar
con furia al cielo,
no es que esté enojado,
es que entre gritos le pido
siempre por tu calma;
si te contaron que a solas
me vieron algo susurrar,
no es que tema decir algo,
es que se lo digo al viento
esperando lo lleve a tus oídos;
si alguna vez te dijeron
que débil y arrodillado me vieron,
no es que me haya dado por vencido,
es tan sólo que estoy tomando
fuerza para levantarme de nuevo;
si alguna vez me ves
moribundo, no es que
quizá esté muriendo,
es que hasta en el último
de mis alientos, por ti
estoy viviendo.