Me dices,
con tu voz de brisa,
y sin ningún recato,
que no me amas
y yo en mi delirio,
me doy cuenta,
que tus palabras secas,
se las llevó el viento
y a sabiendas ,
que yo soy el que amo,
advierto como tus altos aires,
se van deambulando,
cerró abajo,
y yo,
acariciando la soberbia,
del que ama,
te beso con mi mirada,
y mi alma delincuente,
te sueña
y en sueños,
tu
también me deseas
y te robo,
tus secretos más íntimos,
mientras te hago mía,
y me bebo la esencia de tu amor
y despierto sonriendo,
porque te llevó ventaja,
que aunque,
con el alma descosida,
y con sangre en los ojos,
cayendo como lagrimas,
hoy te dije,
ya no pretendo,
que me ames