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~~ La Niebla ErĂ³tica ~~

 

   Serena la niebla sin turba en su manto veía sonrojada bajo de ese álamo, ese raro espacio de ambiente caliente tornado de exhalos y caliginosos gradientes. 

-Ah! si son  un par de enamorados que sobando insistentes sus carnes turgentes estoicos padecen pacientes, harto jolgoriosos entre epopeyicas avenidas, inmorales apachurrones y muy cumplidores levantes. 

-La niebla urgente su chamba efectúa, y el sol que ya avanza muy franco le dice:

-Madame  sor niebla ya bórrele, sáquese! o le hecho un rayito y la hago pinole.

-y ella decente, cortes cual se debe, pensando en los novios medita y cavila, “están esos pobres cachondos amantes, encima del prado con la nacha al aire”; no atina la niebla si copar sus amores o darle al rey astro mentada de madre, así cada instante que pasa, su verdugo el helios aún  más se le encima, abriéndose paso y sin excusa la empina pa darle calor y la materia licuarle; sor niebla no sufre mas se encuentra afligida pues es de los tórridos petate y cobija, nomás de pensar que si con don solecito pierde podría descubrirse el erótico ligue, caprichosa sor niebla renuente a dejarles, calcula en chinga que no es tanto el desmadre. 

Total, mientras ella el romance cobija, el otro por encima a ella le atiza. No vale la pena hacer publica la encuerada escena donde la señorita fué de pedro desayuno y cena. 

-en mi casa a mi nadie me espera.

-la señora niebla se decide expresa y ruge con ganas al que la tiene presa:

-tu métele sol, que aquí esta tu niebla!. 

-Así el rey sol penetra con fuerza, por capa tras capa de esa niebla serena y sor neblinita ya en pasión desecha soporta por ellos, esta cruel apuesta, ya tiene minutos el sol intentando franquearla de lado y llegarle hasta el pasto. 

muy recatados los jóvenes muestran al fin con el día un transitar sin meta, desaparejados por fín y en dos pies cada uno abrazados se alejan; mas la abnegación que por ellos discreta la morbosa niebla realizó excelsa no lo percibieron y marchan así a sus vidas de vuelta. 

-ya estuvo mi sol, ya déjame quieta, ... mmm Nó!

-dijo rauda y pensando escueta, le sugirió al de encima

-mejor  dame cuerda, total ya me iba y en blanco no se deleita, pero me la debes por ser tan canijo, pues ya me gustó tu retocito; nomás pa´la otra yo termino primero.