En un portal de colores negro y gris ,
donde asoma el tímido verde
en su triste y olvidada puerta ,
me encuentro solo
con la duda de saber,
si no será mejor
cerrar los ojos para no ver
lo que hay tras ella. ,
entonces rezo,
se murió el joven abeto
y el cerezo ,
la polución que me atrapa
no me dejara vivir.
Escribo tras la mesa del salón
esta última canción
antes de irme a dormir,
con letras de mi instinto animal
cansado ya de fabricar
lo que será mi funeral ,
entonces rezo,
ya no hay radiantes días
todo está espeso ,
solamente suelo hablar
con el reflejo del espejo.
El mar ya no tiene su color
se marchita con olor
a pez muerto ,
mi barco ya no quiere navegar
se oye hasta su quilla llorar
porque se está muriendo el mar ,
y yo rezo ,
es mi culpa y también la del progreso,
es un mundo frágil
Dios lo sabia
por eso se fue ,
Cansados de luchar en mil batallas
llenamos de sangre nuestras playas
para que los niños no puedan jugar,
amparados por siniestros nubarrones
prisioneros estan en los barracones
que inundan la ciudad,
mientras bailan yo rezo,
para que la mano del futuro
los recoja,
y dentro de sus bolsas de plastico
puedan dormir.
La tierra hoy es un polvorín
donde el mundo animal
no tiene sitio aquí ,
las flores se cansaron de reír
abandonaron su perfume
por la falta de visitas .
por eso rezo,
mi mundo se hace añejo
y pequeño,
empieza ha faltarnos aire
para respirar,
Pero aun no está todo perdido
aun se fabrica algún nido
entre las antenas de televisión ,
quizás se esconda algún lago
olvidado en un tiempo pasado
donde siga la ilusión,
mientras rezo ,
que renazca el abeto y el cerezo
y que alguien pueda entender
mi triste canción .