RICARDO ALVAREZ

PEQUEÑA ODA AL ARTISTA - de planeta humano

 

Artista trashumante, voraz andariego de las veredas.

En tu piel llevas los colores que te hacen inolvidable.

Bordeando el límite de la magnolia y

el alma del tulipán desvestido,

Te filtras en el corazón como un buzo afable,

sumergido del azul a la escarlata confundidos/

En los conductos donde el óleo toca sus talones

abres las esencias de las alquimias coloridas/

¡ Así como tus brazos de usina infatigable

reparten los gramos del amor insaciable ¡

.

A veces me confunde el edénico paraíso que pintas

con el amigo terrenal de los abrazos que besan sin pudor.

 

De tu trabajo de artista

una célula se perdió en otro planeta de acuarela.

El amarillo diluido oculto en tu mente y 

el silbido verde encendiendo tu genio

van más allá de los montes insensibles.

En tu planeta de órbita

se pierden los astrónomos racionales,

porque tu fibra destella los lúmenes de las venas anacoretas.

 

No puedo evadir tu talento ni excluir la entrañable amistad

 

¿ Dónde estará la balanza justa

 entre el amigo y el artista contemplativo?

Que del amor con alas y pies de tierra

salta a mi pequeña oda

e inunda mis aldeas comprimidas

que deletrea mi mano de pluma.

 

Donde tú estés  fiel artista amigo,

hallará la vida sus verdades

y las hadas arpías callarán sollozando

a tu austera mirada de molienda emergente/

Mi verso es trémulo a tus sales necesarias/

Sólo deseo que tu camino de senda y brecha,

trace un espejo que regule la naturaleza marchita.

Por mi amigo,

no detengas nunca tu trabajo de monarca

en el reino de los colores.

Ante ti el clavel asoma sus dientes viudos y

el jazmín enardecido

desviste sus colores impúdicos/

Regresas la hojarasca de la muerte vana

sumergida en tus bodegas de imágenes,

cuando lo diario se despoja de ropas y

deja su hoja el pétalo abierto a tus ojos.

¡Vuela artista!

Vuela como una máquina alada

con el soplo de tu genio

a los cerros de los molinos

con las aspas selectas,

donde la tiza se dibuja infatigable

y las alas al soplo de aire multiplicado,

extraen sus paletas

donde nace tu inconmensurable

tamaño de sangre 

como pincel implacable de rojas dagas

irradiando los tonos

de todas las uvas del planeta/

 

¡Oh artista amigo, sigue y traza.

No detengas tus dones ¡

Suele ocurrir

que no todos los ojos son emotivos 

ni todos los jueces regulan la justicia.

 

Oh amigo, del infante al hoy de los hombres

te debo los colores con que escribo

y los conquistados dibujos que plasmo/

 

Como artista te admiro en el escenario de la vida/

Te amo con amor de entraña

 en cada abrazo que nos damos.

Te heredo mis pieles regadas

para que distribuyas mi patria de corazón

en tu país sin bandera/

Equilibra mi pequeño verso inconcluso

con tus estatuas movedizas resueltas.

Sigue al canto de tu mano

que siempre estarán mis ojos

amurados en tus colores de destino.

 

 

 

Todos los derechos reservados en Safe Creative & Pbblishe Word Press