Desde los rincones de la habitación
Aparecen, me llaman y no los puedo alcanzar
Los recuerdos queridos, de tiempos idos.
Todo era tan distinto, tan sencilla era la vida
Ganarse el pan de cada día y compartirlo
Era el ideal junto al empeño
De que los hijos crezcan sanos de cuerpo y mente
Que sepan amar y dar lo mejor de ellos mismos.
Enseñarles a volar con alas propias,
Bajo un cielo sin nubes y con el sol brillando.
Enseñar con el ejemplo a ser seres humanos,
que sepan dar la lucha frente a las injusticias.
Los hice compañeros de todas mis jornadas.
Crecí junto con ellos, al grito de consignas.
Sabían de mis penas, sabía de sus logros.
¿Mis penas? Aún las tengo son muchas si, son muchas.
¿Sus logros? Aún ellos se mantienen en sus luchas.
Me queda el consuelo de que enrumbe sus vidas
Con un horizonte amplio de amor y sacrificios
Pero que al fin de cuentas llegaran a sus metas.
Yo…me quedo jugando a la ronda con los recuerdos.
Que aparecen desde todos los rincones
Y juegan con mi alma que hoy llora las ausencias.