EL HOMBRE DE LA BRUMA.
Entre la espesa bruma
camina solitario
el hombre de la ruana,
con su sombrero alón
metido hasta las cejas,
sus botas chapotean
en los pozos de agua
que va empozando
la lluvia pertinaz.
¡Qué mundo de fantasmas
ronda por su cabeza,
su mirada hacia el suelo
connota su pensar!
¿En qué piensa este ser
en medio de esa niebla,
porqué escogió este día
tan en particular?
¡Es acaso angustia…
puede ser soledad…
puede ser una ausencia
o una inconformidad!
¡Pero sólo él lo sabe…!
No puede adivinarlo
quien lo mira pasar,
porque la mente es una
para cada homosapien,
y será permeable
al que Dios se la da.
Analicemos todos
al hombre de la bruma,
el que camina solo
sin mirar hacia atrás,
pues donde a veces vemos
algunas cosas ingratas
hay gran felicidad,
y al que más feliz vemos
tiene algo que ocultar.
Yo seguiré buscando
sus razones
aunque jamás las llegue
a encontrar.
RESERVADOS TODOS LOS DERECHOS DE AUTOR:
MIRIAM RINCÓN URDANETA.