Ves este vestido?
ahora no lo ves,
se vuela ya muy lejos
cayendo de revés,
deja al descubierto
los deseos escondidos
y la piel que se enciende
para que tú seas su abrigo.
Ves mis manos?
ahora no las ves,
se escabullen deliciosas
por tu pelo y por tu tez,
se abrazan a tu espalda
y acercan los sentidos,
con el fuego a esta altura
no podemos ser amigos.
Ves mi cuerpo?
lo vas a seguir viendo,
enredándose en tus ansias
con el corazón hirviendo,
en caricias que oscurecen
el recato pretendido
y la pasión que va creciendo,
en tu pecho, floreciendo,
hasta dejarte dormido.