!Quédate un momento!
Deja el reloj afanar su ciclo del tiempo,
la madurez alcanzar su punto justo,
y la esperanza encontrar su perdido Olimpo.
Deja el valle lucir su verdadero encanto,
las flores llenar tu propio campo,
el otoño llevar tus errores con el viento,
y la vida cantar su propio canto.
Sea impasible con los cambios del momento,
generoso para cubrir tu defecto,
compasivo con el pobre en llanto,
y justo en repartir tu afecto.
Sea sordo con los que avalan tu talento,
cuidadoso en revelar tu secreto,
y temeroso del herido casi muerto,
¡Eres humano ¡
¡ nada mas que un simple humano !
¡Nadie te ha pedido ser un santo!