Es mi ciudad a l as cuatro de la madrugada,
un amasijo de viejas casas
visibles, por la luz tenue
de algún farol nocturno.
Es mi parque un espacio desierto,
le acompañan los estáticos bancos
fríos, serios, tristes a esa hora,
son mis pasos golpes secos
que me devuelve la rota pared de enfrente.
es mi figura sombra en movimiento,
cuerpo vivo contrastando con el medio.
Es mi amor la distancia
y la ciudad dormida y el parque yerto
y mis pasos, mis pasos fuertes
que acortan la distancia
para sellar el tiempo con tu beso.
Sombras para una despedida
El parque
claridad diurna,
espera de un encuentro sin sombras,
sin bancos yertos, ni casas centenarias,
no hay distancias, ni eco de pasos,
se pierden en el ruido de la vida.
A pleno sol el amor espera,
el que cambió de identidad.
Parece perfilarse la sombra de
una traición,
el encuentro lejano en el tiempo
se viste de encanto
y mis pasos se marchan silenciosos
buscando la distancia.