Te poseí en un sueño erótico,
con fuego y pasión que me consumían,
eras un volcán jadeante sin parar,
mi mente ardía y mis manos te sujetaban.
Frenesí y deseo eran nuestro lenguaje,
nuestros cuerpos se fusionaban frenéticamente,
rozándose, tomándose, disfrutándose,
movimientos cadenciosos, rítmicos, sin parar.
Llanto de placer, gemidos de dolor y suspiros de amor,
las sensaciones encontradas de amor y pecado,
nuestras pieles radiantes, sudorosas, ardientes,
uñas clavadas, rasguños sangrantes, almas plenas.
Tu entrega es hermosa, sensual,
me gusta amarte así, sin reservas, sin temores,
tu cuerpo desnudo lo cubro de besos, de caricias prohibidas,
somos dueños absolutos de nuestro placer.
Este amor no entendido,
es un secreto llevado toda la vida,
cuerpos tibios, serenos, reposados,
ha concluído el rito.., del amor.
regiopoeta