Prodigiosa
yo describo tu finura,
como el opulento sexo
de las pomas
y la defensiva persuasión
de la penosa entropía.
Te percibe mi instintiva nariz
en un perfume de intriga,
mientras entusiasman mis manos
por acariciarte
en un tropiezo
de luna llena.
Son tus
ondulaciones ensangrentadas
el atractivo de mis ansias,
cuando la nieve en tu torso
posee la erección
de mis delirios.
Ahora es
donde codicio sentirte
tan dentro
como te perpetuas
errante.
Esta ocasión será
intrínseca,
con tu desnudez envuelta
en un ornamento blanco,
virgen,
dispuesta a seducir
lo que pasará a ser
la tentación
de un cuento que te dije ayer.
Porque mas escrúpulo
no resistirá mi afán
de ti,
por tu pudor presuntuoso,
silente en las grimas
de la copulación,
que inflamaciones causa
a mi inculto cinturón.
Esta vez
vendrá como la primera vez.
Otra vez,
serás mía.
Eteri
11-12-11