Amanece, el sol empieza a pintar los colores del alba
La tierra se abre para recibir los rayos de ese sol
A quien ama, a quien desea; y a un labrador
Que siembre en ella la semilla.
se abre con su olor de hembra húmeda con su sabor de barro
Con la ternura de madre que desea ser sembrada.
Empieza la vida emerge de ella el brote vital
Reverdecido con sus ramitas cual manos alzándose al infinito.
Surge de la crisálida la mariposa,
De los nidos rompiendo cascarones las aves
En su primigenio día piándole a la vida
Sin saber aún que nacieron para el vuelo.
La montaña en su eco les dice vivan… vivan.
Es la vida, que empieza, que surge de la tierra.
De las vertientes por las laderas
bajan las aguas de los deshielos en un armonioso y rítmico canto
un canto salvaje y sublime a la vez
. El canto natural de la tierra
acompañado con sonidos de trinos y de viento.
Aire, sol, tierra y agua. Amor, vida, canto aprendido
De un divino creador.
Amor de la tierra hembra.
Amor del sol que le ofrece calor.
Yo contemplo todo desde mi noche sin estrellas
Desde un punto donde nunca llegó el sol.
La vida, me dejó en este espacio tiempo.
Y aquí solo hay dolor.