Un nuevo trabajo de fusión con mi joven paisano, esta vez, fui yo quien tuvo la idea de fusionar este soneto con una temática social para iluminar la vida de muchos niños. He allí el mensaje:
Tus dos manitas como pan tostado
y esa, tu sonrisa de sonajero
anoche a tu almohada le han contado
lo tanto y tanto que yo a ti te quiero.
Y es tu mirar un cielo iluminado
que resplandece el rayo de un lucero;
es una bendición que Dios me ha dado
por tenerte aquí como mi heredero.
Si Dios contigo un día me bendijo,
a él agradezco ser tu protector...
Igual te quiero cual si fueras mi hijo.
No dejaré que sientas el dolor…
Porque seré tu padre y tu cobijo;
siempre estaré aquí para darte amor.
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