Elegante mi cuerpo, he prestado, para que mi hija en mi vientre, tuviera vida.
Mi pecho duro y firme, he prestado, para que mi hija tomara mi leche aun que llorando miraba como sangraban, cuando terminaba.
Mis dientes sanos y blancos, he prestado para que mi hija pudiera ser sana, quitando de ellos lo que les hacía falta.
Mi corazon joven lo he prestado y todo su amor a mi hija y dado.
Mis paseos, he prestado para quedar en casa y atenta cuidar de ella.
¿Y que ha quedado? Las sobras de un pasado.
Con gusto las presté, con amor también, hoy poco ya tengo, el brillo de mi pelo a marchado, lo de mi cutis también, mis piernas bien torneadas y lisas están manchadas, arrepentida nunca, es lo mejor que tengo y ella hizo igual por su hija, un poco de mi fue mesclado y la belleza de ella tiene un poco de mi.
Con fantasía, aun me gusta mi cuerpo, mi pelo, mi piel, el pecho ha sanado, las piernas son leves y bien torneadas y las manchitas, me olvido de ellas.
El ciclo de la vida, es así, repartir, sementar, coger de lo que sembramos su brillo, su juventud y revernos en ellos otra vez nosotras. Soy Madre, soy la tierra, soy futuro, soy eterna en las generaciones, que yo empecé.
En el día de la madre que llegará pronto, no se olvide ni una única, somos lo mejor que existe en la tierra, que ninguna quede sin recibir una flor de sus hijos, mismo que sea cortada en un campo abandonado, de una hierba, el amor no se compra, se regala de corazon.
A mi Madre, de aquí miro a los cielos, le mando un beso y junto a su foto una flor tendrá.
Con cariño para todas las madres una flor, de mi parte.