ERNESTO MONROY GONZÁLEZ
Seguramente solo necesito seguir observando para escribir
Aunque con ello enfrente a los apócrifos dueños de la verdad
A los que inclementemente se reúnen en jauría a destruir más que a construir
En la plaza de los mil recuerdos de los inconformes
Pero ansiosos de poder.
Por esa misma plazoleta
Paso osadamente frente al filático escritor de adornadas mentiras
Al seguro parlanchín de pomposas verdades
Al embaucador y confeso académico
Al que con su gruesa voz ostenta su poder para callar los otros
Al acomplejado, que quiere el roce de ese grupo para mostrarse
A los eruditos profesores resentidos de pregón socialista, pero con necesidades capitalistas
Al oculto fascista con corte comunista
Al mal agradecido intelectual que dice amar la vida
Al que se está formando para ser como todos ellos
Al que los representa sin mérito alguno para eso, pero que exige lo contrario
Al otro que se dice representar el intelecto del grupo, pero no deja la brutalidad
A la mujer entre ellos que no le permiten hablar pero que luchan por sus derechos
Casi tropezando con el mejor de todos… con el detractor de la palabra y predicador de su defensa.
Me libro de este osado momento y ese espacio, logrando salir del mismo
Sigo transitando y en camino voy entendiendo
Que la letra muerta es la que más vive en el mundo
Que la han matado muchos que la defienden
Que es más lo que está por escribir que lo que hay por leer
Que esa letra sale de la mente de un ser lleno de inspiración y sentimientos
Pero encuentra en el camino a quienes no los tienen
Mallamados algunas veces… LOS LITERATOS.