Te he visto.
No me tienes que decir,
siempre fuiste libre y yo,
ya había decidido hacer mi vida
en forma distinta.
Dicen que no se puede amar a dos,
pero a pesar de que lo amaba a él,
como loca también a ti te ame,
y aunque no deba decirte,
me duele verte feliz
pero más me duele que sea sin mí.
Dejarte ir no quiero,
estoy consciente de mi egoísmo.
Me acostumbre a ti, a tu ternura
me diste lo que dejaron de darme
en ese lugar al que la sociedad le llama hogar,
y no me importaron los paradigmas
ni los estatutos morales,
que me dictaban ser fiel y obediente,
porque tu me enseñaste a ser rebelde,
me hiciste sentir un verdadera mujer
y a olvidar por momentos
que en casa me cosificaron,
que era menos que objeto,
conocí en tus manos
lo que en verdad merezco,
amor, puro amor y nada más.
Por mi parte, no te preocupes
no iré a buscarte,
no prometo dejar de pensarte,
sabes que no te olvidare
y aunque me arde
y me duele tan recio,
sí deseo que seas feliz,
aunque ya vi que si lo eres.