Ciudades nauseabundas,
Atiborradas de ciénagas,
Entre los rascacielos,
Entre las figuras anónimas
de la muchedumbre,
Entre cartuchos de plomo, lanzas, picas
Y erosiones,
Entre el granizo, la hoz, el estoque,
Entre la cal, el cemento
y las explosiones
Entre hordas de dictadores,
y bravas olas de vendettas
y cazadores,
Entre atentados y parangones,
Entre metralletas y perdigones,
Entre prebendas, e intolerantes,
Entre xenófobos y farsantes
Entre la soledad acérrima
y la violencia extrema
Entre Valium, y el renovado narcicismo
Entre fundamentalistas
Y Nacionalistas de la incontenible ira
Y del fascismo
Entre chacales embrutecidos,
Entre vagas sombras que rebosan de apatía
De inercia y de coque,
Ciénagas impúdicas
siempre latentes
llenando de chubascos
este escaso edén
Que tal vez inconstante
Atlas en su relato;
Dejar de sostener el mundo sienta
Sea por ahora,
Lo más sensato