"Me preocupa esta soledad en mí,/ tanta ausencia que me das,/ que de tanto no saber de ti,/ ya no quiera saber más".
Estoy cerrando el libro de nuestra historia,
dejando atrás tanto que ambos hemos vivido,
tratando de programar ahora mi memoria
para que todo aquello que tuvo algún valor,
todo lo que de algún modo huela al amor
pueda darlo hoy y para siempre por perdido.
Quiero cerrar puertas que por ti se abrían
como esperanzas que llegaban a mi vida,
pensar que al llover las gotas que caían
no eran espejitos que reflejaban mi suerte,
eran lágrimas del cielo que por quererte
no le daban a mi destino la bienvenida.
Quiero apagar las luces por completo
y en la oscuridad pensar que no existes,
que de amor no esté mi corazón repleto,
que los deseos ya no recorran mi piel,
que en mis labios tan sólo sienta la hiel
de besos que me recuerdan cosas tristes.
Me estoy reprogramando para olvidarte,
para ser capaz de escribir páginas sin ti,
tener el valor si un día llego a encontrarte
de hablarte con calma, con tranquilidad
y no decir que aún son de tu propiedad
tantas cosas mías que por amarte te di.
Quiero cambiar todo, ser un nuevo yo,
donde no figure tu nombre para nada;
decirme a mí mismo que todo cambió
y volver a tener esperanzas, a sonreír
y que la historia que pudimos escribir
sea para mí ya una triste historia pasada.
Quiero enfrentar a la vida con firmeza
y ante ella liberarme al fin de tu prisión,
que no queden por ahí residuos de tristeza
que te hagan pensar un día que te extraño,
salir ileso de esta misión sin que haya daño
en alguno de los rincones de mi corazón.
Que cuando pasen los años y sepas de mí,
te enteres de que me fue bien, que cambié,
que de aquel hombre triste enamorado de ti
no queda nada y que hasta hice un fiestón
y si preguntas el porqué de la celebración
que alguien te diga que fue porque te olvidé.