Hoy quise correr a tu encuentro
después de que un poema vespertino
se derramara en los brazos del silencio
que envuelve a mi noviembre frío.
Podría decirte tantas cosas
para poder tentar al destino,
y que juntos contemplemos las horas
con nuestros sueños tan distintos.
Porque voy sintiendo a mis anhelos
acurrucando tu amor dentro de mi,
quiero sumarle a tu música mis versos
a tu existencia mis ganas de vivir.
Sumarle a la inocencia de tu boca
los besos de mi frágil sensualidad,
y lo que esconde mi alma soñadora
a tu dulce manera de mirar.
Sumarme toda, sumarme entera,
sumarme por completo a ti,
niño, sabes que me tienes a la espera
sumarle a tu pecho mi sentir.
Y a mis madrugadas peregrinas
sumarle el candor de tu piano,
paisaje de playa nocturna te armaría
con los versos que tu sinfonía me ha robado.
En la lágrima de una tarde
aún se guarda mi sonrisa,
hasta el día en que tú quieras sumarle
la belleza de tus manos a las mías.
Ceci Ailín