Divino rostro agraciado
con los surcos de los años
Tórridos ojos titilando incandescentes,
alma y periplo
Tersas manos que saben a consuelo,
a lira, a cítaras, y bálsamo
Melódica voz que invoca ternura
y ahuyenta mi llanto
Nirvana constante
De sentir tu canto
Besos de madre que saben
Mantenerme vivo