Ruidos que salen de mi alma,
que gritan y me espantan,
y me piden suplicando
que conquiste tu ilusionado corazón,
que canta, que ríe, que se enamora,
y al mirarte con emoción,
mi alma gozosa, se alegra,
las voces del interior se vuelven tersas,
y mi sangre de fuerza y de arranque, se desboca,
haciendo que mi sentimiento se sumerja
en las profundidades insondables de tu ser,
y ahora te amo, te idolatro, te venero,
y a donde quiera que voy,
tu perfume me acompaña,
y me quedo siempre con lo más dulce
que es el sabor de tu boca.