Rompí a llover
sobre mojado
sobre un mar amargo, salino de ti.
Sentíme dejado yacer
solitario,
gotean mis ojos, sollozo infantil.
Dejaste mi lecho bañado de umbría.
Los días acedos cuando era feliz.
Tu aura me sopla mi entraña
rocía
y causa galerna, tormenta febril.
Mi alma se ofusca buscando tu celo.
Aclama quietud y poder reposar.
Me pide descanso y que olvide tu apego,
que amañe la torva y que vuelva a soñar.
Un soplo de noche ya
viene en tu ausencia.
Un rayo de luna aquieta las nubes.
Relajo mi sueño
con gran complacencia,
no más que un rocío en mi rostro se funde.
El manto oscuro se alzó hace tiempo
consigo ferviente dormir mi dolor.
El rio salado secó ya su riego.
Morfeo me abraza y olvido tu adiós
Chester Davis