Los caminos que llevan a los hombres
a encontrarse consigo mismo y con la felicidad,
no se encuentra en la posición de bienes…
así como el común de la humanidad lo cree.
Encontrarse con uno mismo,
es uno de los caminos que los ojos
no dejan ver al corazón.
Es un camino que,
bombardeado por las tempestuosos pensamientos
de los que creen que lo material esta sobre lo espiritual,
olvidan aquellas vivencias cotidianas
que nos hacen reír y soñar…
Pero ello, no es impedimento,
ello es una oportunidad,
Oportunidad de volver a reencontrarse
con la Vida Misma,
expresada en el cantar de las aves,
en el florecer de los campos y
en esas gotas que caen
para saciar la sed
provocada por los rayos del sol,
que se enlazan tan armónicamente
ante los que saben ver en la naturaleza
a la Vida, a Dios… a Dios en la perfección
de todo aquello en lo que se plasmo.
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