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A la meva àvia... (A mi abuela...)
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Mujer de faz dulce y serena,
de corazón bondadoso;
siempre de la mano llevando
a esa niña con trenzas.
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De tu mano descubrí...
la humildad de la violeta,
esa flor de lo umbrío,
que con su fragancia deleita
a quienes la pisotean.
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De tu mano descubrí
que por la noche el firmamento
se viste de luceros y estrellas,
para deleite de todos,
sin importar quienes fueran.
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Descubrí...
que el pan sabe más rico
cada vez que lo troceas,
cada vez que lo compartes
y sacias a un alma gemela.
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Descubrí el sentir de las caricias
cuando mi pelo trenzabas...,
la calidez de un regazo,
lo dulces que saben los besos:
cuán tiernos, los abrazos.
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Tanto y tanto de tu mano aprendí,
que a pesar de los años... y del tiempo...
seguirás viviendo en mi:
en mi corazón..., en mis recuerdos...,
eternamente...
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T\'estimo àvia (te amo abuela)
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