Con un vestido azul, de gruesa tela
Tal cual, la moda en ese instante lo marcaba
Y su mirada, que no veía sino hechizaba
Se posa en mí, por un instante y me congela.
Mas pasajero fue ese instante, lo confieso
Existe el amor que se da en una mirada
Tal fue la causa de que yo me enamorara
Y que esa misma noche, le robara el primer beso.
Mas antes en la pista, yo seguiale los pasos
Y al rozarle la piel, yo con mis manos
Sentiame un Semidiós, ya no era humano
Y alcance el cielo, al estrecharla entre mis brazos.
Su alegría y su bailar sensual, me cautivaron
De esos ojazos, separar mis ojos no podía
Como la mosca a la miel yo los seguía
Y nuestras almas paralelas se quedaron.
La conocía de antes, seguro estaba
Seguro también de nunca haberla visto
El cielo, me salvaba de mefisto
Pues ángel suyo a redimirme me mandaba.
Nuestro amor, DIOS mismo lo aceptaba
Pues el es lleno de perdón y de bondad
Tiempo después, y por toda eternidad
Con mi Sariá, felizmente me casaba.
Eric Lenin Camejo Ocaña