El hombre que se puso a calcular el amor
Cayó en su propia trampa.
Todo su raciocinio
Era como agua estancada
La geometría de sus planteamientos
Sus planos y sus coordenadas
Eran como grotescos
Sapos que croan y cantan.
Calculó su seguridad
Y la desechó por insípida
Calculó su libertad
Y la encontró desolada
Calculó la conveniencia
De vivir en una isla
Llena de carnavales
Y fabulosas chicas.
Calculó todo lo que calculamos
Antes de cualquier audacia
Antes de decir un te amo
Mucho antes de recibir su gracia
Calculó los pro y los contras
Con su mente matemática
Y no pudo despejar la incognita
Que a el tanto lo atormentaba.
El amor era una trampa,
Como nada convencía
A su razón trastornada
Decidió dejar de calcular
Y dejarse llevar por las hadas.
Alli supo que los sentimientos
No son formulas comprobadas
Nacen para florecer
En medio de la nada.