Hacía tanto, que no recordaba
cómo era llorar de felicidad,
de la alegría que rebalsa los ojos
y el pecho a punto de estallar.
Hacía mucho que no me dolía
la boca de tanto sonreir
y desentonar con las seriedades
de la gente y su ir y venir.
Hacía mucho que no besaba tanto
la cruz de madera tallada
para dar gracias al Cielo
en vez de pedir ser salvada.
Sólo Dios sabe mi sacrificio
y las penas y noches en vela,
sólo Él en su gracia, infinito,
hoy de nuevo a mí se revela.
Y yo río, y yo canto, y yo salto
abrazada a mi gente amada,
y caigo redonda en el suelo
envuelta en las carcajadas.
Qué alegría, si sólo pudiera!
expresar todo lo que hoy siento,
si pudiera escribir cuán bendita!
me arrodillo y juro no miento.
No es una, es por muchas cosas,
no me alcanzan ni cien mil poesías,
y aún me faltan tantas otras
pero hoy es perfecto el día.
Quién soy yo para pedir más nada?
el corazón me levita en el pecho,
aún si muriera mañana
agradezco todo este trecho.
He perdido y en cada caída
sangré y me rasgué todo el alma,
pero fue pa´que en cada subida
empezara de nuevo con calma.
He llorado hasta quedarme vacía
de sueños y también de lágrimas,
para saber qué se siente estar solo
y ser consuelo para otras ánimas.
Me frustré y defraudé con la gente
y en ocasiones...conmigo misma,
para aprender a no juzgar a nadie
y llevar siempre humilde el carisma.
El humor, mejor arma de todas,
y aunque duela por dentro la risa,
descubrí que las penas se aflojan
comenzando con una sonrisa.
Por esto y demás situaciones
celebro hoy mi alegría,
porque hay que perder tantas cosas
para al fin asomarse a la dicha.
Misterio, la vida y sus formas,
pero sabia y experta en el tiempo,
yo doy gracias, gracias y gracias
por ser parte de este juego perfecto.