Mátame una y otra vez, qué me importa,
mátame con esas palabras que sabes bien como decir
con tus acciones que sabes bien cómo hacer,
y si quieres revíveme y ahógame en
en la ternura de tu piel suave que nunca tendrá fin…
¡No!... no para mí.
No te detengas,
al cielo no podré llegar
si en mis disgustos por ti
no encuentro la inspiración a escribir.
Mátame, me da igual,
yo por ti
en la otra vida podré vivir,
y con mil susurros
te acordarás de mí.
No es todo lo que me puedes dar,
no escondas lo que tienes que saciar,
si es que son tus ganas de amar,
más que bienvenido sea tu bendito mar de dolor
a mi regazo lleno de calor.
Es tan perfecto lo que haces,
lo que dices, hasta lo que piensas
y eso… éso no lo sé.
Es tanta tu perfección de herir
y tan santa tu ilusión de huir,
que en mi penar
haces mis palabras aumentar.
Sin embargo me tienes aquí,
descubriendo el “poder”
de ese algo que hay en ti,
buscándote letras y palabras tal vez,
para hacerte saber en un simple papel
con mi humilde tinta lo que
vas causando en mí.
Buscándote la combinación
de cada renglón…
Porque mis acciones
para ti…
Ya no tienen perdón.
Alee Oshoa