Angel irredento

La escritora invisible

Te deslizas por mi mente silenciosa
acomodada en el recuerdo más amable
te dispones a inventar algún culpable
que implicar con tu mirada dolorosa

Te conviertes en mi azote victoriosa
y con fuerza y con destreza admirable
en segundos aniquilas implacable
con tu sable la pregunta más curiosa

Iluminas pensamientos
de los entes falcultados
empachados de ambiciones
anulando consecuencias

y escribiendo otros finales
con tu rara y pura ciencia
a los mañanas soñados
a las historias reales