Enfrentemos al mundo
con fe y con alegrías.
Seamos optimistas al pensar
que el poco dinero que hallamos extraviado
a más de alguien le servirá.
Y tened presente
lo que en el mundo se pierde
otra persona siempre lo hallará.
Es bueno tender la mano
para a alguien ayudar.
Cuando la buena fe te acompaña
la ardiente llama de la esperanza
nunca se apagará.
Alumbrara tu camino alegremente,
y al que viene detrás.
Extendamos nuestro agradecimiento,
a Dios primero
también a los demás.
Todos venimos de un mismo origen;
hermanos de sangre,
hermanos por la genética
o hermanos por
hermandad.
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Florentino II.-