Genevieve_Moon

Una historia de perros...

Hace poco menos de tres meses, Alex uno de los miembros de mi familia, al salir de la preparatoria, se quedo un rato platicando con sus amigos en el parque,  había comprado un paquete de galletas, era tarde y tenía hambre, pero como hacia frio decidió llevárselo a casa y acompañarlas con un café.

Después de unos minutos de estar platicando, volteo descuidadamente a una esquina. 

Bajo una banca,  estaba hecha bolita un pequeño perro, que más bien parecía un costal de huesos, bastante feo por cierto. Le dio mucha pena ver al pobre animalito, temblando de frio y con un aspecto bastante  lastimoso.

Decidió darle un poco de galletas de las que había comprado un rato antes, abrió la bolsa y le dejo un poco de galletas en el piso, de sobra esta decir, que el pobre perro ni tardo ni perezoso empezó a devorarlas.

Alex se despidió de sus amigos y se dirigió a casa caminando. Pero cuando había recorrido como dos cuadras, noto que el perrito lo venía siguiendo.

Pensó;  pobre perro seguro tiene mucha hambre, así que decidió dejarle el resto de las galletas,  vacio el resto de las galletas en el piso, y el perrito se quedo ahí, comiéndoselas.

El siguió su camino a casa, sin pensar más en el perro.

Pero cuando estaba abriendo el portón de la casa para entrar, se dio cuenta que el perro lo había seguido,  volteo y en son de broma de dijo: Lo siento perrito, ya no hay más galletas, y se metió a la casa olvidando al perro.

Todas las mañanas suelo salir a barrer la banqueta que rodea mi casa, aprovechando que no hay sol, cuando abrí el portón, vi a un perro bastante sucio, durmiendo sobre la banqueta, muy pegado al portón,  lo corrí rápidamente, pensando en que mis perros salen conmigo y me siguen en la rutina diaria de barrer, ellos están muy cuidados e higiénicos.  Y  ese perro estaba sucio, con sarna insipiente y lleno de bichos, obvio cuidando a mis perros, lo aleje de prisa, pero mis perros son bastante curiosos, inmediatamente empezaron a olerlo y jugarlo, sobre todo  Moto, un Dálmata de poco menos de un año que tengo,  es bastante necio y latoso.  Mi otro perro, un french,  Locky , es más tranquilo, aunque muy juguetón, pero mucho más obediente que Moto.

Para evitar dificultades, decide meterlos a la casa, el perro feo,  se fue a recostar en la banqueta de enfrente.

Cuando Alex, pregunto extrañado, porque había metido a los perros, le comente acerca del perro sucio que había dormido en la banqueta, no  comento nada, solo se fijo en el perro feo acostado en la otra baqueta.

Después de desayunar, note que Alex recogía todo el sobrante del desayuno, y los ponía en un plato desechable, adivine inmediatamente para quien las recogía, ya que los perros de la casa, no desayunan comida,  solo croquetas, hasta después del medio día, les preparo la comida, que les doy más tarde. Pensé en decirle que no le diera nada al perro, para que no se acostumbrara a estar demasiado cerca de la casa. Pero  recordé el aspecto lastimoso del pobre animal  y me dio mucha pena por él pobre perro,  deje que le diera de comer.  Y efectivamente, Alex dejo la comida en la banqueta y el perro rápidamente fue a comerla.

Ya no volví a pensar en el perro, hasta al día siguiente, en que al abrir el portón, de nuevo el perro.  Que en realidad, es una perrita, estaba ahí, durmiendo bajo el techo del caedizo de concreto.

Alex, hizo la misma rutina del día anterior por las siguientes dos semanas.  Un poco enfadada le dije:  Ya no  acostumbres tanto a esa perra, cerca de la casa, está llena de bicho, y contagiara a los perros,  mira que cada vez que salgo a barrer corren a jugar con ella, al rato estarán también con sarna y bichos..

Alex me volteo a ver y me dijo, esa perrita es mi guarura (guardaespaldas).

Diariamente me sigue las cuatro cuadras, hasta llegar a la parada del autobús y después se regresa, a continuación  procedió a contarme la historia que les relate al inicio.

Me conmovió conocer  el cariño que la perrita le prodigaba a Alex, además, mis perros ya eran muy amigos de la perrita, incluso Moto que es bastante grande, empezó a brincar la barda de atrás y escaparse a jugar en la calle con la perrita, Locky por ser mas chiquito, no podía, se limitaba a ladrar protestando por salir a jugar el también.

Así que me rendí, decidimos desinfectarla, pero les advertí: no dejare que entre  a la casa, solo la desinfectaremos para que no contagie a los perros, no será nuestra perra.

Y así lo hicimos, lo fea no se le quito a Guarura (Así la bautizamos) ya que tiene la cara  negra, las orejas paradas y el cuerpo con poco pelo y de un color indefinido, intentos de blanco, opacado por mancas negras y grises, muy fea la pobre. Pero obediente, fiel y juguetona, aunque muy callada, solo en la noche se comporta como su nombre, se convierte en guarura de mi casa y de la casa de mis vecinas, lo que le ha valido, que no solo nosotros le demos de comer, dos vecinas mas,  que colindan con mi casa, también le dan de comer de vez en cuando.

Se convirtió en la mascota no oficial de la casa, y de la calle, y la guarura fiel de Alex.

Pero hace dos semanas al iniciar mi rutina de barrer,  Guarura no estaba pegada al portón como siempre,  pensamos que tal vez andaba por ahí,  jugando con algún perro, pero pasó todo el día y de Guarura, nada, al día siguiente igual, Alex, incluso salió a buscarla por algunas cuadras, pero nada, Guarura se había ido.

De sobra esta decir que sentimos que se hubiera ido, sobre todo Alex, extrañaba  a su guarura que lo acompañaba diario a la parada del autobús.

Pero en realidad lo que quiero resaltar, de esta historia  es lo que voy a relatarles ahora.

Hace una semana exactamente, me levante tarde y ese día tenía  que salir muy  temprano. Antes de salir_ cuando tengo que hacerlo _Dejo comida para mis perros en sus trastes, pero ese día, se habían acabado las croquetas, pensé en volver rápido y de paso comprarlas cuando viniera de regreso, cosa de dos horas, me dije,  no se morirán de hambre por un pequeño retraso.

Pero resulta que la cita de trabajo de dos horas, se convirtió en varias horas, ya eran casi las dos de la tarde y había sido una jornada estresante y difícil, quería regresar a mi casa y relajarme un poco.  Y así lo hice en cuanto me desocupe, corrí a mi casa. Tanta era mi prisa, que olvide comprar las croquetas de mis perros, inmediatamente me di a prepararles su comida.  No habían comido nada en todo el día, y son bastante comelones   y como soy la primera que llega a la casa, los perros están solos hasta  que yo llego, me enoje conmigo misma por mi descuido.

La comida estuvo lista en menos de media hora, les serví  inmediatamente a mis perros, estos rápidamente se dirigieron a sus platos, Locky empezó a comer, pero Moto se acerco a su plato, lo olio y cuando estaba a punto de comer, lo dejo y se dirigió al portón, empezó a ladrar muy fuerte,  en un instante se le unió Locky al escándalo, y los dos empezaron a ladrar.

 La parte de arriba del portón tiene un barandal por lo que puedo ver cuando alguien está parado fuera  y  como no  vi a  nadie,  no les hice caso, más bien los regañe.  Pero Moto, empezó desesperado a rascar el portón con la patas, y Locky, olía y ladraba agitado por debajo.

Regañe mucho más fuerte, sobre todo a Moto,  y  pensé; Tenía que ser Moto, quien iniciara el motín, por haberme tardado en darles de comer.

Por más que los regañe, ninguno, ni siquiera locky que suele ser obediente me hizo caso, ladraban como locos los dos.

Al darme cuenta que no obedecían y ver lo desesperados que parecían, decidí abrir y que salieran un rato,  si es lo que querían.

Pero inmediatamente que abrí, me quede entre asombrada y   congelada al ver la razón de tanto ladrido… Ahí,  tirada en el piso, con el cuello sangrado y con un lazo amarrado al cuello estaba Guarura, parecía muerta,  estaba inmóvil se notaba que había luchado por soltarse de la cuerda, ya  que el extremo que colgaba se veía reventado,  y la parte amarrada alrededor  la tenía casi incrustada en la piel del cuello, mis perros le ladraban y con la nariz la instaban a levantarse, Moto la tocaba con su pata, como diciéndole_ Hey  Guarura, levántate  ¿qué tienes?_

Yo, por unos momentos, no supe que hacer, iba a levantarla, pero ante la insistencia de los ladridos y con mucha dificultad, guarura se puso de pie,  tambaleante y medio muerta la pobre perra.

Entonces,  Moto empezó a ladrarme a mí, me miraba , ladraba y  volteaba a ver a guarura, locky  ladraba y daba vueltas alrededor de guarura, parecía un cuadro irreal que no entendía muy bien, pero entonces Moto, empezó a empujar a Guarura hacia adentro de la casa, dejo de ladrar y en su lugar empezó a gemirme, como si quisiera hablarme.

Entonces,  entendí todo. Yo,  nunca había dejado que Guarura entrara a la casa, y cuando alguna vez lo intento, la regañe fuerte, no quería que se acostumbrara dentro de la casa, después de un tiempo, dejo de intentarlo.

Moto seguía gimiéndome como diciéndome_ Por favor, deja que entre, mira como está la pobrecita_ Y  locki, seguía  lamiendo y  dando vueltas alrededor de Guarura, y luego iba  hacia mí  y se restregaba en mis pies y como si eso no fuera suficiente, Guarura me veía con los ojos más tristes que puedan imaginar, los cerraba por momentos como si estuviera a punto de desfallecer, me llegaba hasta el corazón esa mirada, suplicante.

Así que me hice a un lado quitándome de su camino, como si les hubiera dicho con palabras, _Esta bien, que  entre_  Guarura, con mucha dificultad y guiada por los  suaves ladridos de Moto y Locky, entro por primera vez a la casa. Yo estaba más que sorprendida con toda la escena, no podía  creer lo que estaba pasando. Y  para hacer un poco más increíble lo que pasaba, Moto, dirigió a Guarura, directamente a su comida,  Guarura empezó a comer con urgencia, estaba muerta de hambre, ninguno de mis dos perros se acerco a su plato de comida, ambos se limitaron a observar, como Guarura devoraba la comida de los dos platos.

No puede evitar llorar, conmovida por la bondad de mis perros, sobre todo de Moto. El organizador de todos los escándalos de mi casa…

 

Mientras curaba a Guarura, repase la lección que me habían dado mis perros. Y pensé; Ojala y los humanos fuéramos mas perros,  ellos no se discriminan como nosotros,  como yo lo hice con la perrita, ellos no ven si es de raza o tiene pedigrí, si es bonita, fea o está sucia, se aceptan como lo que son, seres de una misma especie.

Cosa que nosotros aun no hacemos,  nos discrimínanos, nos criticamos, y no damos la misma bondad desinteresada que mis perros mostraron con uno de su especie en apuros, al contrario, como dice el dicho, del árbol caído, todos queremos hacer leña.

Cosa muy cierta, cuando vemos a alguien en apuros, criticamos las causas que lo llevaron al mal estado en que este.

Mis perros no pensaron en que si Guarura estaba mal, era por su culpa, por haberse ido, ellos simplemente le tendieron una pata a su amiga Guarura, al verla en mal estado.

Una frase, me sigue dando vueltas hasta ahora.

‘’Ojala y los humanos fuéramos más perros’’….