Mi mal, me llamas, y te obedezco,
ciega…Contigo a veces gaviota vuelo
Y otras…Víbora me arrastro y muero.
Soy marioneta a la que templas hilos
Y mortificas con espinas a tu estilo.
Siempre soledad a la que le sobra tiempo
Y otras, compañía pedigüeña sin momentos.
A veces, soy corazón de escudo fuerte
y otras frágil hierba que se pisa inerte.
Quisiera ser flor que eterna te perfume,
pero sólo alcanzo a hoja seca y miserere.
En el tronco seco y hueco de mi alma,
Remotas tus dulces palabras tan escasas,
sólo un eco amargo cual verdugo abraza.
Contigo soy cometa que se eleva vasta y sola,
o veleta que se queda de por vida agarrotada
o espiga que se mece pusilánime a la nada.
A veces me abres ventanas a tus soles en humos
Otras me encierras al claustro de tus viles muros.
Contigo nunca joya diamantina, siempre baratija.
No hay destello de virtudes…solo vicios y malicias.
Unas noches quiero que fiero levantes mis enaguas
Otras que partas para siempre a tus tinieblas arduas.
¿Cómo seguir viviendo esta historia?…sin fin.
Este amor no tiene techo ni piso…sólo sed de todo,
para zozobra ya me tengo a mí, contigo la muerte ruin.
Entre el miedo, el malsano amor y el rutinario dolor,
Entre nada y lo imposible, soy tragedia en deshilache,
todo en ti mata…Nada tienes que mi espíritu levante.
No tengo arma poderosa que me aleje, vivo en fuga alucinante.
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Propiedad intelectual Lucero Moscoso