Es mi hora diaria para sufrir.
Ya tengo el procedimiento.
Recordar, volar entre los recuerdos,
chocar con el cielo y darme de bruces
contra el piso.
Buscar lápiz y papel, escribirme unas alas,
y darme contra el cielo nuevamente
pero esta vez para romperme la cabeza.
No me pasará nada, no me romperé nada,
tan solo caeré. Pero se trisará el cielo,
caerán las nubes, caerá el escenario.
Para terminar:
Tragar la verdad a bocanadas
hasta ser vencido por el sueño.