Grabada en mi alma quedo tu mirada,
es una estampa luminosa;
el lago donde se refresca el cisne,
contigo en la eternidad,
donde no hay olvido.
Dejo una luz prendida,
trémulos destellos musicales
tu andar alumbra,
siembro centellas de besos en el camino,
como una alfombra mullida para tus pies de viento.
Cuando sientes que la soledad te ahoga,
mira hacia el cielo,
ahí me encuentro
acurrucada contra la luna,
entre copos de nieve;
vagando en el ensueño.
Merche DemBar
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