Amor,
apareciste como entre la nieve,
en un suspiro que llega tarde
después de haber cruzado corazones rotos.
Amor,
llegaste después de la partida
que me vió llorar un adiós.
Luego te metiste muy dentro
para no romper mi alma
y mataste mis anhelos.
Amor,
sólo tú me has dado tristezas sin fin,
aullidos en noches que siempre
fueron silenciosas,
y todo cuanto dejaste en mí.
Amor,
desapareciste con un arrullo fértil,
entre la nieve y un suspiro,
con una huella simple.
Aun la espera
me enseña a pintarte en el viento.