Si piensas irte de casa,
llevate hasta tú sombra
y que sea en silencio
para no estar mirando
tu silueta en el espejo
o esa sonrisa tuya
grabada en esta casa.
Por los rincones pasa
el aroma de tu cuerpo
y los pasos cadenciosos
pisados en este suelo.
Cayendo esa mirada
como persiana azul
se obscurecerá la casa.
Y llévate ese libro
donde guardaste tu vida
pués puede que al abrirlo
salga tu imagén herida.