Yo te dí veranos.
¡veranos intensos!
y te dí mis brazos,
mis palmas,
mis dedos.
Mis labios más tibios,
mis mejores versos
y la fe del alma
de todo mi cuerpo.
Vos me diste inviernos
¡gélidos inviernos!
me diste fracasos,
mentiras,
desvelos.
Tu boca más fría,
tu resentimiento.
La desesperanza que habita tu alma
y traduce el cuerpo.