Escucho a su voz me llamando;
Su amor y fidelidad son sobre todo.
O, maravilloso Dios, vengo a tí.
Mañana está segura en tu mano
Porque Jesús es mi salvación
Quién me liberará de la esclavitud.
Mis buenas obras no valen nada,
Sólo por Jesús alcanzo su divina promesa.
O, maravilloso Dios, agradezco a tí,
Cúan tu gracia toca mi corazón…
Mi alma espera al Señor cada día;
La canción de victoria se oye en la tierra.
Vivamos según sus sendas perfectas.