(poema)
Ya no derramaré ninguna lágrima
porque no tengo ya nada que llorar,
y reír.... eso de reír
que le quede a los demás.
¿para qué juntar mis manos en una plegaria...
si tampoco la escucha Dios?
¿para qué levantar mis pies...
si se entierran en la arena?.
Y mis manos. ¡Oh!. Mis manos,
llevan marcas de la vida
que no me quieren dejar,
y no gustan... las rechazan,
no sirven.- dicen.- ni para una caricia.
Debe ser que en esta vida
tienen que ser suaves,
porque si son como las mías
llenas de heridas de la vida,
seguramente no sirven
ni para una caricia.
Miraré el horizonte,
quizás llore en silencio,
deshojaré mis recuerdos,
y descansaré con mis sueños.
Por eso en esta noche
en que me ronda el silencio negro,
en esta noche.
¡Si!. ¡En esta noche!.
hoy quiero yo,
sentir .... que muero.