Se avecina a mis oídos, el
llanto de una guitarra en la
quietud de la noche…
expresando el lamento de
un corazón solitario que
anda partido en
pedazos…sintiéndose
abandonado.
Desde las cuerdas sonoras,
de la afligida lira, está
lloviendo sonidos…
desfogando al corazón de
aquellas cuitas de amor que
ya no puede aguantar.
¡Qué sonido, el del dolor!...a
pesar de ser furtivo, tiene
un amargo sabor que le
nubla la mirada, que le hace
llover del alma gotas de
melancolía y desentraña
pasiones que se resiste a que
mueran.
Canta corazón partido,
hazle saber de tus
penas...dile que en ti no ha
olvido, que sólo espera que
vuelva.
PABEDIZ…