Te mando calorcito
para abrigarte el alma
y encender alguna brasa
si termina en mi cama,
te mando unos besos
jugueteando por tu cuello
y mis dedos liberando
la prisión de tus cabellos.
Te acerco mi sonrisa
para que tengas confianza
y desnudes en mis ojos
cada trazo de esperanza,
te alcanzo mis caricias
junto al roce de mi falda
y un dedito desandando
los caminos de tu espalda.
Y si eso fuera poco,
y si eso no te alcanza,
te mando mi alegría
y mi corazón que danza
en la pista de tu cuerpo,
en el aire de tu alma
hasta dormirse contigo
abrazado a tu cintura
en la más preciosa calma.