Se va encendiendo la tarde
con el sol sobre los cielos
y se despiertan mis sueños,
dormidos en este valle.
Y las barcas, amarradas
en las orillas del río
parece que tienen frío
y tiemblan entre las aguas.
Yo quisiera navegar
por los campos de mi España,
cambiar barcas por guadañas,
cambiar trigales por mar.
Y así discurren mis sueños.
como Quijote perdido,
luchando contra molinos
al construir estos versos.
Y encontraré a Dulcinea,
esperando en mi camino…
seré pirata o bandido
en una barca sin vela.
En la isla de mis sueños
construiré Barataria,
donde el alma solitaria
de Sancho será su dueño.
Y Cervantes con su pluma
certificará su entrega,
cumpliendo así su promesa,
que Sancho no olvida nunca.
Sin molinos, ni veleros,
sin velas, sin estandartes,
yo soy caballero andante
en el mundo de mis sueños.
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