José trabaja afanosamente en la carpintería preparando cuatro
bloques
de madera que le ha encargado María para regalárselos a
Jesús en el
día de su cumpleaños.
"Voy a utilizar estos bloques para enseñarle a Jesús cuántas nuevas
palabras
puede formar con una palabra tan bonita como lo es AMOR... Así es
que
te pido, por favor, que en un bloque me pintes la letra A, en otro la
M, en otro la O y en el otro la R..."
"Está bien, mujer, dentro de un rato los tendrás; pero me
intriga qué
es lo que piensas enseñarle al Niño con ellos".
Pasan dos horas y José ha preparado cuatro bloques relucientes con
el
encargo que María le ha solicitado.
"Vamos, hijo mío... Te voy a enseñar algunas palabras nuevas
que
puedes formar con la palabra AMOR... ¡Jugaremos con estos
bloques!...
A-M-O-R R-O-M-A M-O-R-A A-R-M-O R-A-M-O O-M-A-R
"Mira, mi Niño, ¡Cuántas palabras tan lindas hemos formado
con tan
sólo estas cuatro letras!"...
"María, mi querida esposa -comenta José rascándose la cabeza
con
asombro- tú eres una profesora excepcional"...
Y, disfrutando de la amplia sonrisa de asombro del Niño y el gesto de incredulidad de José, María guardaba todas esas cosas en su corazón......