A veces, cuando a solas,
te regalo mis silencios.
Susurro contra el cristal
de la cómplice ventana…
Enmaraño suspiros al viento.
Y hablo de mis días;
Y de alguna que otra flor marchita,
callada por el tiempo…
A veces, cuando a solas,
la madrugada me despierta
señalándome tu estrella;
La preferida, la que aun no es sabida.
Pinto, entre sus vértices, un sueño.
Y el arco de su vía,
Cuando al fin se revele,
Dirá que eres su dueño…
A veces, cuando a solas,
Me regalo tu esencia.
Abandono las flores,
‘Huelo a huracán’.
Busco el esplendor de tus campos.
Y el vértigo me lía…
Mas entre una que otra lejanía,
Cierro los ojos… y sigo tu canto.