Soledad de angustia que padeces
tu corazón falaz ilusionado,
de amor fugaz y desdichado
que mi mente indecisa adormeces
Difícil soledad que no mereces,
tu frágil corazón enajenado,
lágrimas de cristal y amor soñado,
que al alma siempre enloqueces.
Amor infalible, tierno y puro,
tu magia al corazón siempre cura
del tormento hostil, brusco y duro.
El médico a los males busca cura,
no así al sentimiento obscuro
que llora a cántaros de locura.