Para ti, por si vinieras,
estoy tejiendo con mis dedos
un ajuar de versos, de frases
que te expliquen tan simplemente
lo que yo necesito que sepas;
un camisón delgado de palabras
transparentes.
Voy moldeando poco a poco
unos aretes con mis dichos,
para que musiten siempre
mis deseos en tu oído,
y bordo un gasné largo
en prosas varias, que emule
un beso prolongado, desde el cuello
hasta el racimo de tus senos;
para verte revestida de palabras,
de esas que a través de mí llegaron
para gloria tuya, y entonces,
beberlas poco a poco de tu piel.
Tragarme mis palabras.
Marco Quezada