A pesar del sentimiento de ausencia que provoca
la muerte ese es el camino que nos toca vivir,
sifrir en absoluto silencio del vacío de un alma
que ya no llora, ni ríe, si se emociona
con un nuevo día o un fogoso atardecer.
Frío y viento por el resto de mi vida
un otoño vacío de abandono y tristeza
o también una primavera de brisas cálidas y días claros
que atraen el ocio y el vacio y la idiotez de no saber
donde ir o que pensar.
Sin embargo sé donde voy, sé lo que me espera,
sé el cómo y el cúando , en el fondo de mi fe
en cualquier lugar de cualquier manera siempre,
el fantasma aparece para recordarmelo
y me invita a morir otro día más
a sobrevivir otro día más,
a vivir otro día más....