"A mi canario que te amo le dije yo/ y él feliz me pidió alpiste./ Ayer supe que el tuyo de tristeza murió/ ¿qué fue lo que le dijiste?".
Sin buscarlos me llegan rumores de ti,
sin duda ya lo nuestro es todo un caso,
dicen que guardas las fotos que te di
y ronda la idea de un posible embarazo.
No sé cuántos meses llevas de casada,
es que ahora hay tanto de ti que no sé,
pero sabes, hay cierta duda asomada
acerca de quién es el padre de ese bebé.
Claro que eso no es nada confirmado,
no creas que averiguo, que me interesa,
sucede que es casi siempre hacia tu lado
por donde tiende a inclinarse mi tristeza.
¿Sabes? El canario que compramos un día,
creo que te extraña, ya no come ni canta,
él era el símbolo real de nuestra alegría
y ahora la nostalgia por ti ya no la aguanta.
Es ése otro rumor, es que hay tantos rumores,
alguien que me jura que hace poco te visitó,
que le hablaste muchísimo de tus amores
y que entre esos recuerdos no estuve yo.
Te dio miedo decirlo, eso es lo que se percibe,
pues hasta del canario que te llevaste me contó,
cómo es la vida, al menos el mío todavía vive
y podría jurar que intuyo por qué el tuyo murió.
Las plantas las buenas vibraciones pueden sentir,
lo positivo que les llega ellas lo pueden captar.
Mi canario vive aún porque a veces me ve sonreír,
el tuyo se murió pues tal vez sólo te ha visto llorar.
Yo aquí pensando como tonto en nuestros pajaritos
y tú así, tal cual como un pájaro pensando en volar,
tratando de poner entre nosotros kilómetros infinitos
o tal vez la llegada de un hijo que me quieres ocultar.
Si pones mar entre nosotros mi actitud sólo será una,
me iré a la playa a preguntarle por ti a la noche silente
y tal vez quiera contarme de ti todo lo que sabe la luna
o logre de tanto insistir, que el mar indeciso me cuente.